Huhuetlatoli por Yuridia
Para una joven hermana
Las mujeres son portadoras de la vida de sus entrañas
surgen las raíces que con su luz florecen, portadoras de
la sabiduría y la fuerza, brillantes y feroces como el
fuego.
Joven hermana, nacida de la tierra, eres espina y púa, no dejes
que la oscuridad del mundo te doblegue, tus hermanas siempre
estarán para guiarte serán las estrellas en tus noches más
oscuras.
El mundo es injusto, atroz, cada día se lleva a una de nuestras
hermanas, las entierran, pero tranquila se olvidan de que somos
semillas, floreceremos, no nos rendiremos. De ahora en más tu
corazón latirá junto al de tus hermanas como una melodía de
tambores fuertes y estruendosos, el silencio nunca más va a ser
un arma utilizada contra nosotras.
Deja ya de servir a los demás. Busca tu propio camino. Sé libre
y vuela como un quetzal entre los árboles. Piérdete para
después descubrirte. Cuestiona todo lo que te han enseñado.
Lucha por ti y por tus hermanas. No olvides que eres fuego,
fuerte, intenso e indómito.
Que la diosa Tlazolteotl también te acompañará en este nuevo
camino, representante de la libertad de las mujeres ella te
guiará, toma su mano y descubre este nuevo amanecer. No
estás sola tus hermanas y las diosas te acompañan. Recuerda
que no es una lucha en solitario, no aguantes el peso por ti sola,
pide ayuda cuando la oscuridad te consuma y no puedas ver la
luz, pues la llama de tus hermanas aparecerá para brindarte su
calor.
El mundo siempre nos ha hecho creer que somos enemigas
unas de otras, que necesitamos luchar entre nosotras para ser
más hermosas, más hábiles, más amadas, pero ahora sabes
que tus hermanas son tus aliadas, eso no significa que todas
seamos buenas o que debas de perdonar a todas las mujeres
que te han hecho daño.
Esto es lo que hasta ahora te pudo brindar querida hermana el
resto tú lo descubrirás en el camino. Que nuestros gritos se
junten para formar la melodía de la revolución que permanezca
con el pasar de las generaciones y que nuestra lucha florezca
fuerte y hermosa como una rosa, brillante como el jade, libre
como el quetzal e indómita como el fuego.