Huehuetlatolli por Guadalupe Denisse.
INTRODUCCIÓN
Este es un trabajo en el cual se presentará un Huehuetlatolli, pero haciéndolo con un tema actual, en este caso será del medio ambiente, pues se puede hacer conciencia de nuestra manera de relacionarnos con la naturaleza en esta época, ya que cada vez se están agotando los recursos no renovables, esto genera preocupación tanto en nuestra vida del presente como en la vida futura, no sólo de la especie humana, sino de todas las existentes, abarcando este tema también se puede enseñar a valorar otras cosas y otros habitantes fuera del ser humano.
Primeramente, el Huehuetlatolli es un discurso, una historia, un relato o un testimonio que utilizaban las personas mayores de la civilización mexica para dar enseñanzas a las personas más jóvenes. Hay que recordar que en general los Tlahtolli sólo eran hechos para que los nobles los escucharan, ya que era una tradición oral; para lograr la persuasión de los más jóvenes, relataban la historia usando la sabiduría, las metáforas, el lenguaje poético, la argumentación, condiciones, difrasismos, adjetivos, teniendo un orden tanto de lo bueno como de lo negativo y, también incluían autoridades divinas.
LA BIOSFERA DEL CIELO.
La cultura mexicana forma parte de uno de los países con más biodiversidad en el mundo, o sea, que estamos hablamos de uno de los países más bonitos que existen en el planeta Tierra y esta es una de las características por las cuales México es reconocido a nivel mundial, sin duda el país es una belleza. A pesar de que la mayoría de la población mexicana no le toman importancia a la naturaleza, la minoría hace lo posible por mantener una riqueza de todas las especies existentes en el país.
A la primera luz del alba, poco a poco se comienza a ver el oro verde, comienzan a tomar sus colores las montañas, las aguas diáfanas se aprecian, el cielo se vuelve de tono celeste. Los dioses ahora son representados en cada uno de los elementos que existen en nuestro planeta y, aunque los dioses existan individualmente, al formar nuestra biosfera todos están unidos, todos y cada uno de ellos es parte de otro. Los dioses al estar juntos se preguntan “¿Qué es lo qué pasa con la humanidad de ahora? Antes nos veneraban, nos cuidaban y siempre estaban al pendiente de nosotros y nos agradecían todo lo que les dábamos”, cada día era la misma pregunta, pues al ver que al pueblo mexicano ya le daba igual cuidar y respetar la naturaleza, ellos no encontraban una solución para poder cambiar eso. Los dioses preocupados por ver que cada día que pasaba, el paraíso dejaba de estar completo, cambiaban las estaciones del año, sin embargo, ya no se podía diferenciar una de la otra, las aves se mantenían en silencio la mayoría del tiempo, el sol ya no daba calor, sólo quemaba y la lluvia ya no era pura.
El rostro de los dioses ya no brillaba desde que veían la manera de adaptarse de los seres humanos; ahora se reunían más frecuentemente preguntándose de nueva cuenta “¿Cómo ayudaremos a nuestra gente?”, se decían unos a los otros “¡Tenemos que hacer algo, debemos ganar esa flecha- escudo!”, otros decían molestos “Nosotros estamos preocupados por ellos, pero tal vez ellos ya no creen en nosotros, se han olvidado de nosotros”.
Así entonces, comenzó una discusión y al final no llegaban a un acuerdo, hasta que, definitivamente, una noche dejaron de verse las estrellas, los ríos ya no tenían agua, al igual que el agua de los mares descendía y su vida se iba terminando, el aire ya tenía olor, ya no se distinguía el amanecer y el ocaso, todo era gris y ácido, ya no había alegría, sólo había tristeza y enojo. Pues los humanos ya estaban terminando con las plantas y los animales, cada día tiraban más basura, producían más cosas y más cosas, eso ocasionaba una contaminación principalmente al aire, luego al suelo y por último a las aguas. Sin pensar, la sociedad recordó a los dioses, pero no los recordaron para bien, sino que los comenzaron a culpar por todas las cosas malas que le estaban pasando, no podían creer que los dioses hayan hecho algo atroz y entre ellos decían “se supone que ellos nos cuidarían y no darían siempre todos los bienes”, no podían reconocer que el error ha sido de los seres humanos. Al escuchar todas las quejas y reclamos, todos los dioses se reunieron nuevamente, sentían lástima, pero lo que más sentían era furia. Unos proponían “terminar con los humanos de una vez” para que ya no existiese una especie tan egoísta y que ya no robara más tiempo a todas las demás especies. Otros decían “la especie humana es tan valiosa como todas las demás, no hay que mandarlos al abismo, sólo hay que enseñarle a valorar todo lo externo a ellos”; entonces planearon hacer un desbalance en todo lo que pudieran.
Al primer rayo de luz de día comenzaron con el plan; primero ocurrió un temblor que sacudió a varias ciudades, la población se vio afectada, pero todos los humanos se comenzaron a ayudar, así no se conocieran. Al paso de unos días, llegó un huracán que se desató en las costas del sur del país, al igual que la anterior vez, cada mexicano ayudó como pudo, aunque no conocieran a quienes estaban ayudando y lo hicieron sin pedir nada a cambio, aquí ellos se dieron cuenta de que las aguas de lo mares antes del huracán se veían de color oscuro por la contaminación generada en el ecosistema, pero unos días después del huracán, el agua del océano ya era clara nuevamente, se veía tan resplandeciente, como si fuera un cristal en movimiento. Ahora pasaron algunas semanas y en algunos estados del norte había escasez de agua, ya casi estaban muriendo y en otros ya había demasiados incendios en los bosques, también la luna y la estrellas dejaron de verse en las ciudades por la contaminación del aire, sin embargo, pasaron unas cuantas semanas más y las lluvias se intensificaron y duraron varias semanas más, estas provocaron inundaciones en otros estados, pero en los que había sequía, poco a poco, se fueron poniendo de colores alegres, llenaron ríos y lagos, regresaron a la vida a esos estados y esta vez las personas agradecían por el regalo de la lluvia intensa y duradera.
Muchas cosas muertas iban regresando a la vida, así como un hechizo, así como si fuera algo mágico, los mexicanos no sólo empezaban a valorar y cuidar la flora de cada parte del país, sino que, ya también comenzaban a cuidar lo fauna que existía en cada uno de los ecosistemas, también entra todo lo abiótico, desde el aire hasta el agua, desde el cielo hasta el mar, desde una roca hasta una montaña. La sociedad agradecía a los dioses por dejarlos volver a ver toda la naturaleza existente en su máximo esplendor; por su parte, los dioses, dichosos de alegría por haber logrado cambiar la perspectiva que tenían los mexicanos de que “algún día moriremos y ya no veremos el mundo y ya no nos tocará sufrir”, les regalaron una nueva oportunidad de ver el mundo con otros ojos que no fueran sólo de intereses materiales, de explotar los recursos, pues bien, los mexicanos lo tomaron y agradecieron esa oportunidad, agradecieron esa nueva perspectiva de ver al planeta diferente, también agradecieron todo lo bueno y lo malo que habían hecho los dioses, sólo para que el pueblo mexicano generara conciencia y dejaran de ser egoístas, también prometieron seguir enseñando ese cambio a generaciones futuras para que se pueda preservar la grandeza de la tierra mexicana y para que se pueda valorar mucho más que en esta época. Al final la sociedad se dijo a sí misma que “no porque nosotros seamos efímeros, quiere decir que la biosfera tiene que ser igual” y también que “no todo lo que brilla es oro”, los humanos ya no hacen sacrificios como antes y ya no se venera a los dioses como hace algunos siglos atrás, pero lo que sí hacen es, cuidar, preservar y proteger toda lo vivo y no vivo que habita en México y en el mundo.
CONCLUSIÓN
Debemos ser conscientes de que vivimos en un país demasiado bello, tanto en cultura y tradición, como en territorio y biodiversidad, sin embargo, creemos que nuestras acciones malas no repercuten a la conservación de la naturaleza, pensamos que sólo porque somos “mexicanos” y al decir que “así somos y no vamos a cambiar”, no afectará nuestro ecosistema. La mayoría de la población no es capaz de razonar que al tirar basura, al quemar y talar bosques, invadir zonas protegidas, al cazar ilegalmente y al contaminar las aguas, no pasará nada, creen que todo es renovable, cuando la mayoría de las cosas ya no lo son; se están terminando los recursos para la vida del ser humano o mejor dicho, se están terminando los recursos para la propia existencia del planeta. Y es por esto que de alguna manera debemos generar conciencia para que a las siguientes generaciones les importe y hagan más por su naturaleza.